Israel, los países que le apoyan y los que miran para otro lado, no necesitan cámaras de gas ni crematorios para expulsar y masacrar al pueblo palestino, les basta con matarlos de hambre y bombardear el mayor campo de concentración del mundo que tienen creado en Gaza desde hace años y además, por este sistema, aumentan los beneficios de la industria armamentística.
¡Hasta cuándo!
Israel y los países que lo apoyan están cometiendo el mayor genocidio del mundo y de la historia en la franja de Gaza.
Primero arrinconó a la población que vivía en Palestina, luego creó un gueto y un campo de concentración en la franja de Gaza y ahora intenta expulsarla y acabar con ella con una masacre indiscriminada de esa población, más de dos millones de personas palestinas.
¡Hasta cuándo!
Israel y los países que lo apoyan mantienen el mayor campo de concentración del mundo y de la historia en la franja de Gaza.
¡Hasta cuándo!
Estos día Israel y los países que lo apoyan o lo permiten ya han decapitado a más de 2.000 niños y niñas bombardeando Gaza.
¡Hasta cuándo!
¿Quién se lo hará pagar a sus dirigentes?
Dónde están los derechos humanos ante el genocidio palestino que está causando Israel?
Dónde están los países que defienden un mundo con derechos humanos que no detienen el genocidio palestino que está causando Israel?
Hasta cuando durará esté expolio de la tierra palestina y del genocidio organizado por Israel con la complicidad de los países occidentales incluso con campos de concentración como Gaza?
Cuándo se juzgará a los dirigentes de Israeel por crimenes contra la humanidad como se juzgó a los nazis por hacer lo mismo?
¡Alto al genocidio palestino ya!
En los estados totalitarios se intenta organizar e imponer determinados modelos laborales por encima de la libertad y la vida de las personas. Así, en España, el debate se queda encerrado en contratos para toda la vida, salarios mensuales, número de días laborales en una semana... sin mirar más allá de los Pirineos como hace más de ochenta años.
En estados no totalitarios, como los de la mayría del resto de Europa, esas decisiones se dejan en manos de las personas: salarios mínimos por horas para que cada cual decida cuántas horas trabaja a la semana según sus necesidades y sus posibilidades, contratos abiertos para poder cambiar de trabajo con facilidad cuando se encuentren mejores condiciones sin que eso dificulte las necesidades de las pequeñas empresas para mantenerse rentables..., pero ese es otro mundo que no está encerrado en el marco mental que nos dejó el franquismo y del que algunas personas y grupos de poder siguen empeñados en que no salgamos.
Se han trasladado y desviado los debates de nuestra sociedad a las palabras vacías, a la semántica, obviando y dejando de lado hechos, realidades, situaciones o datos.
Cuando lo que más importa es la ideología o la lucha por el poder (político, social, económico, religioso) las personas y sus vidas no importan.
Lo que, además, conlleva que quien toma las decisiones ya no se hace cargo de sus resultados, de sus consecuencias, ni de responsabilizarse de las mismas, e incluso se le asciende cuando son desastrosas.
